La verdadera paz...
La creencia en nuestra mortalidad, saber que a la postre nos extinguiremos como la llama de una vela, es cosa gloriosa y bella. Nos da sobriedad; nos entristece un poco; y a muchos nos vuelve poetas. Pero, ante todo, nos permite decidirnos y disponernos a vivir con sensatez y serenidad, y siempre conscientes de nuestras limitaciones. También nos da paz, porque la verdadera paz de la mente proviene de aceptar lo peor. Lin Yutang La importancia de vivir