El chisme no es bueno pero...
Unos días atrás escuchaba nuevamente aquel dicho tan chapín que dice: “El chisme no es bueno pero entretiene”.
La frasecita me hizo pensar en que la mujer ha sido siempre la relacionada con el chisme, una generalización que no nos deja muy bien paradas. Esto viene desde tiempos antiguos, por no decir desde siempre.
Está bien lo acepto, muchas mujeres siguen deleitándose con éste pasatiempo tan ameno (porque hay que reconocerlo) y tan dañino a la vez. Sin embargo, permítanme recordarles que existen alrededor del país algunos grupos que se autodenominan “peladeros” y están formados exclusivamente por hombres. Estos hombres se reúnen regularmente por las noches. Los miembros del grupo pertenecen a diversos estratos sociales y a diferentes grupos de edad. Uno podría pensar que no tienen absolutamente nada en común si se estudia uno a uno, pero es su amor por el chisme lo que los une.
Según la investigación realizada por la que escribe (encubierta, por supuesto), éstos grupos discuten temas que van desde lo trivial como que la familia de fulanito lleva una sospechosa vida tranquila hasta aquellos de gran importancia como quién es la persona que está detrás de los anónimos que circulan por el barrio o los rumores políticos sobre las personas metidas en política que viven cerca.
Con todo esto no quiero decir que las mujeres están libres de pecado sino demostrar que también los hombres padecen del mismo mal.
¿Llegaremos a deshacernos de este mal hábito algún día?
La frasecita me hizo pensar en que la mujer ha sido siempre la relacionada con el chisme, una generalización que no nos deja muy bien paradas. Esto viene desde tiempos antiguos, por no decir desde siempre.
Está bien lo acepto, muchas mujeres siguen deleitándose con éste pasatiempo tan ameno (porque hay que reconocerlo) y tan dañino a la vez. Sin embargo, permítanme recordarles que existen alrededor del país algunos grupos que se autodenominan “peladeros” y están formados exclusivamente por hombres. Estos hombres se reúnen regularmente por las noches. Los miembros del grupo pertenecen a diversos estratos sociales y a diferentes grupos de edad. Uno podría pensar que no tienen absolutamente nada en común si se estudia uno a uno, pero es su amor por el chisme lo que los une.
Según la investigación realizada por la que escribe (encubierta, por supuesto), éstos grupos discuten temas que van desde lo trivial como que la familia de fulanito lleva una sospechosa vida tranquila hasta aquellos de gran importancia como quién es la persona que está detrás de los anónimos que circulan por el barrio o los rumores políticos sobre las personas metidas en política que viven cerca.
Con todo esto no quiero decir que las mujeres están libres de pecado sino demostrar que también los hombres padecen del mismo mal.
¿Llegaremos a deshacernos de este mal hábito algún día?
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