¿Favor o disfavor?


Afortunada o desafortunadamente (todo dependerá del punto de vista de cada uno) no tengo acceso a la red en mi casa, así que debo recurrir al servicio de los “café Internet” que tan abundantes son hoy en día en todo el país.

Lo desafortunado del caso es que también se ha puesto de moda el que dichos lugares pongan a disposición de los más jóvenes los juegos más populares. Instalan éstos en las computadoras y por cierta tarifa pueden utilizarlos. El problema es que cuando están utilizando más de cuatro computadoras para jugar, el ruido es insoportable. Añádanle a esto el que hay jóvenes de más edad que llegan a chatear y escuchar música a la vez y tendrán una escena de tortura sonora indescriptible.

Con el paso de los días, he probado usar el servicio en diferentes lugares, cada vez más lejos de casa, y en la mayoría se repite la misma situación. Encontré otro lugar donde todas las computadoras tienen audífonos pero la conexión es de lo más ingrata.

Y no vale quejarse con “la administración” de dichos negocios pues las ganancias que dejan los mentados jueguitos son mayores a los que deja el uso de internet, por lo tanto, les vale un pepino lo que uno diga o no.

Afortunadamente no tengo Internet en casa, con esto me ahorro un montón de dinero en pago del servicio y en uso de electricidad. Desafortunadamente, no cuento con conexión a la red y mi oído está sufriendo lo indecible.
author: lffleisch

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