La última rosa...
Era la última rosa y todos lo sabían.
Decenas de ojos hambrientos estaban fijos en aquella bella flor que equivalía a un “te quiero” o un “me gustas”. Tus ojos también miraban en aquella dirección. Tú, que siempre diste a entender que no te importaban aquellas cosas, aquellas nimiedades. Ese día, sin embargo, algo en tu interior había cambiado y tus ojos lo proclamaban a los cuatro vientos. ¿Te habrías contagiado del sentimiento falso del Día del Cariño? No, no lo creía.
Y allí estaba yo, frente al maestro que, encargado del stand, sonreía beatíficamente esperando mi solicitud. Aquel hombre ya estaba harto de la sensiblería y cursilería de aquella dizque celebración. ¿Día del amor? ¡Ja! Artificialidad que cubría el desprecio que recorría a diario los pasillos del colegio.
Mi mente trataba de decidir lo que haría a continuación. Tu mirada penetraba mi espalda. Sabía que esperabas aquella rosa, la confirmación de todo cuanto habíamos vivido hasta ese momento: insinuaciones, bromas estúpidas, pretextos inútiles.
… pero tanto tú como yo sabíamos que no podía ser. Yo, el más popular del colegio, no arriesgaría mi reputación para satisfacer el incipiente amor de una nerd como tú. Habías cumplido a cabalidad con tu parte, tu ayuda fue invaluable para ganar aquellos cursos tan odiosos. Yo no podría jamás cumplir con la mía.
Así, el chico vestido de cupido se dirigió hacia donde estabas sentada; y mientras tus mejillas se coloreaban de turbación y nerviosismo y te hacías la desentendida, tu mejor amiga quedaba sorprendida al recibir la última rosa que vino a completar su perfecto ramillete de pasiones…
Comments
Besitos.
Te leo!
Prometo volver
Saludos desde Argentina
Me gustó venir por acá, escribes muy bién, espero que nos volvamoes a ver.
Cariños.
No dejarè de pasarme por sus blogs... ;)
Saludos.
ojala podamos hablar mañana en la mañana, asi te doy mis comentarios de una vez, te parece,
me llamas?
un abrazo